lunes, 5 de enero de 2009

La expectativa de ética

Entre lo que sucede en el campo humano, los márgenes entre los que se debate, los hombres se deshacen y se ven inmersos en la superación de sus poderes; se reconocen inútiles y efectivamente superados. Ante la brutalidad del mundo el hombre se sabe débil. Eso es la estética que la ética sólo sabe tratar como sublimación artística; es la diferencia entre la estética artística y la vulgar, entre un escritorzuelo inútil y un Flaubert o Gracián. La ética que compromete al hombre en su implicación es algo distinto. La ética no es objetiva, es una elección. Las condiciones dadas no son un invento, sólo una malinterpretación. La ética no nos dirá cómo es ser buenos, nos hará buenos por saberlo. Sin filosofía y sin una fina intuición es algo del todo carente de merito. Que sigan, pues, los tan generosos y superficiales cientificistas jugando a ser Dios. La urgencia, el auténtico reclamo, seguirá a la expectativa, ¡de ética!.

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