jueves, 24 de septiembre de 2009

Síntesis externa del conocimiento

Sucede lo siguiente: El hipocampo trabaja emparejado con el cortex prefontal haciendo posible que surja el conocimiento, un fenómeno que, por más que sea fisiológico, no deja de ser psicológico; hace relaciones de objetos en una identidad tomada por psicológica. El hipocampo, por lo que hasta ahora se sabe, hace barridos que reproducen a ciegas el momento de su primera aproximación al objeto. Las unidades primeras de información, la génesis de los conceptos, se perfilan y matizan sin ninguna verdad en ellos; es un proceso incierto al que se aproxima de una forma, como decimos, sin ninguna certeza. El trabajo de la corriente del hipocampo hasta que se piensa, hasta que se anda inmediatamente con objetos, es estructurado por el camino menos incierto, el ya andado; el fenómeno del conocimiento anda por su menor incertidumbre, la afectiva del organismo.

Las redes sinápticas encauzan la información sin ninguna crítica en ellas más que la que la que su exterioridad permita; son en tanto unos objetos y sus relaciones; son lo que significa, y no significa su sola determinación porque su proceso de hacerse fenómeno aún ha de andar mucho; significa cuanto está en su cauce externo y su historia en forma de expectativa. Las sinápsis no hacen crítica sino a modo computacional, como cuando uno habla y no piensa en todo lo que dice. Andan, por decirlo así, echadas para delante, precipitadas. Se podrá hacer algo de ellas, hacerlas posibles a la conciencia, en su exterioridad, y no la primeridad del cerebro.

La fenomenología de la memoria, que reproduce un pasado incierto, es mucho más que una huella mnémica; es la que hace posible crear estructuras racionales en un cerebro irracional que no las contiene por sí mismo. Las estructuras externas al cerebro, son, por tanto, externas al cerebro. Éste sólo las copia, y por lo que se ve, bastante mal.

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